martes, 10 de septiembre de 2013

UNA LEY QUE NO SE PUEDE APLICAR

Escrito por José Borda para www.revistaarbitros.com
Al preguntarle a un grupo de arbitros sobre si sus colegas en los partidos aplican la ley de la compensacion, el 95% respondió afirmativamente, también se le pregunto que si ellos aplicaban esta "famosa ley" en los partidos que dirigían el 80% contestó negativamente; la conclusión final  luego del sondeo es que en el juzgamiento deportivo, la compensación existe y se aplica, aunque el árbitro individualmente trata de negarla.
Teorema y  Ley    
Sobre la compensación, al igual que sobre la gravedad existe un teorema y una ley  que a lo largo de la historia nos ha sido enseñada por diversas filosofías, lo único que se sabe es que esta funciona  desde el principio de los tiempos, pero hace apenas unos  200 años que fue enunciada; el  teorema encierra el precepto, el  cual  nos deja como enseñanza que “todo lo que uno ha sufrido en una relación le debe ser devuelto proporcionalmente en satisfacción en el futuro”.  La  ley sustenta que “en la medida en que tu dieres, también te darán, lo que implica a su vez que donde quiera que haya habido un fluctuación que altere el balance, tarde que temprano, las cosas se emparejarán retornando a su equilibrio”.
Aplicación arbitral
Los árbitros en su afán de impartir justicia muchas veces se equivocan, pero al darse cuenta de su error buscan subsanar dicha falla aplicando el teorema y la ley en el terreno de juego. Sin embargo, cabe anotar que en la mayoría de las ocasiones cuentan con un agravante como lo es “el sentido de culpa”; al quedar la acción en el subconsciente tratan de arreglar el hecho de no haber sancionado un penalti, una falta grave, o el haber perdonado a un infractor, con la ley de la compensación. En consecuencia sus decisiones quedan marcadas con la turbia tinta de la duda y pierden credibilidad.
No a la compensación
La Ley de la compensación es aquella acción no contemplada en el reglamento que lleva al árbitro a conceder algún beneficio a un equipo cuando, con anterioridad, ha señalado alguna acción en su contra. Esto es lo que el árbitro competente no puede ni debe intentar hacer, con una decisión  para devolver lo que aparentemente le “quitó” a un equipo;  si lo hace, esta situación es tan grave como querer apagar el fuego con gasolina. Aquel que compensa no ajusta la balanza, sino la tuerce con dos errores seguidos y el ataque a su propia dignidad. No es posible que por no sancionar un claro penal en el primer tiempo, el silbante salga a “componer” el asunto inventando otro.
Valore separadamente
Por norma general el árbitro de turno dentro de sus principios debe establecer la prohibición de compensar unas decisiones por otras, lo que debe hacer es  valorar separadamente a cada una y tratar de ser lo más justo posible, olvidar lo que sucedió después de sancionado ya que de esta forma no le queda ningún cargo de conciencia por arreglar. Cuando se llega a entender el sentido profundo de este principio, el desempeño arbitral puede cambiar por completo logrando así el equilibrio personal, que conlleva a  una dimensión de justicia con los jugadores sin necesidad de otorgar un resarcimiento indebido.

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