viernes, 20 de septiembre de 2013

LA DISCIPLINA PRIMERO

Escrito por Jose Borda para www.revistaarbitros.con
El valor de la disciplina se adquiere cuando un silbato se dota de carácter, orden y eficacia para estar en condiciones de las actividades que le piden y puede desempeñarlas de la mejor manera logrando con esto ser merecedor de confianza. Desde esta perspectiva surge el interrogante sobre su significado, la respuesta es sencilla, la disciplina es la existencia de un comportamiento considerado como normal y depende del contexto en el cual se produce, dicho de otra manera es cumplir con las obligaciones en el momento adecuado.
Tarea importante 
Así mismo se puede definir como un entrenamiento que corrige, moldea, da fortaleza, perfecciona y tiene la misión de formar buenos hábitos y establecer una serie de reglas personales que permitan alcanzar las metas, siendo sin duda una de las tareas más importantes de la vida. Un árbitro disciplinado habla por sí mismo,  es responsable para organizar su tiempo, actividades y está pendiente de cumplir con sus funciones dentro y fuera de los terrenos de juego; su palabra es sinónimo de garantía y credibilidad ante los jugadores y compañeros. 
Medio para perfeccionar 
El silbato que posee el valor de la disciplina es aquel que cumple con sus obligaciones, haciendo un poco más de lo esperado, al grado de sacar adelante su trabajo y todo aquello en lo que ha empeñado su palabra; no se olvida de mantener un ambiente agradable y armónico donde se encuentra y aprecia de forma significativa el horario y la ley.  Es feliz con lo que hace, no ve el compromiso como una carga, no se molesta cuando le piden algo y piensa que su servicio es el medio para perfeccionar a otros.
Cumple a cabalidad
Cuando una arbitro es  disciplinado en las acciones cotidianas, en el  colegio de árbitros y en  los campeonatos y concentraciones, no hace falta que lo vigilen y controlen, porque el mismo está  pendiente de cumplir con lo que le corresponde. Con la disciplina  se desarrolla la capacidad de ejercer control en lo que se desea, carácter, emociones, lenguaje y actitudes; todo esto ayudará a conseguir las metas que cada uno se traza, convencido de lo que se quiere y resuelto a que nada ni nadie moverá su idea.
Valor de oportunidades
La mejor forma de evidenciar dicho valor es por medio del ejemplo, este se debe transmitir a compañeros y jugadores de la misma manera, con el fin de que puedan adquirirlo más fácilmente. Para desarrollarlo no solo se podría aprender a reconocer los apoyos que se tienen y aprovecharlos, sino descubrir que este valor ofrece la oportunidad de participar cívicamente, haciendo uso de nuestras habilidades y destrezas arbitrales. Mucha gente dice ¡qué suerte tiene “tal” árbitro! yo creo que no es suerte, eso se llama disciplina.

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